15 de abril de 2013

Joyce y España

Con una cuidada edición, amplia y prolija en imágenes, el libro Joyce y España recorre a través de varios investigadores las relaciones del escritor irlandés con nuestro país. Juan Goytisolo, uno de esos pocos escritores en nuestra lengua cuya asimilación de la obra de Joyce ha quedado patente en sus creaciones, escribe el prólogo contando su experiencia como lector del Ulysses. Le sigue un artículo de Carlos García Santa Cecilia sobre la recepción más bien negativa de Joyce en España, y los escasos entusiastas de su obra, como Torrente Gonzalo Ballester, uno de los primeros en advertir la gran importancia de Joyce en la historia de la novela y la imposibilidad de entender cabalmente a autores posteriores de la talla de Faulkner sin haber pasado previamente por él. No en vano, el propio Gonzalo Ballester se lamentó en 1948 de la carencia en España de una correspondencia artística con la nueva literatura representada por Joyce y Proust, y critica a los escritores españoles del momento por no haber resuelto los retos formales de la modernidad. 

Francisco García Tortosa, el más reciente traductor del Ulysses al castellano, en la edición de Cátedra, a cuyo estudio, traducción y promoción ha dedicado tantos años (es también el presidente de la Asociación Española James Joyce), escribe un artículo lleno de conocimiento y rigor sobre las referencias a España en la obra de Joyce, principalmente en el Ulysses, haciendo un recorrido primeramente por las exiguas menciones existentes en A Portrait of the Artist as a Young Man y finalizando con una sugerente invitación a ahondar en el libro que le llevó a Joyce 17 años y cuya fría acogida ensombreció el último año de su vida, Finnegans Wake. Joyce, como nos advierte García Tortosa, es de esos autores a quienes sólo gustan escribir de lo que conocen de primera mano, siendo su imaginación sobre todo lingüística, y España, que nunca visitó a pesar de haber vivido en diversos lugares de Europa, queda apenas reflejada en su obra, como en las reflexiones de Stephen en Sandymount Strand o la ascendencia de Molly. 

El resto de artículos están dedicados a temas tales como la labor de Antonio Marichalar en la introducción de Joyce en España, su presentación en Francia de jóvenes talentos españoles gracias a su relación con Valery Larbaud y Silvia Beach, y cómo Marichalar se las arregla para conseguir el apoyo de los escritores españoles más importantes en defensa de Joyce contra la edición pirata y mutilada del Ulysses publicada por una revista en EEUU; la influencia de Joyce en lenguas catalana y gallega, sus tempranas primeras traducciones y recepción; la relación de Juan Ramón Masolivier con James Joyce y Ezra Pound, a quienes los hijos de Joyce llamaban Signor Sterlina; y al pintor César Abín, creador de la caricatura de Joyce más conocida, en la que el autor irlandés aparece como un signo de interrogación, cuya idea y símbolos fueron sugeridos por el propio Joyce. Un libro no sólo con textos interesantes para los amantes de Joyce sino también con imágenes suyas y reproducciones de las cartas enviadas a Antonio Marichalar y a su primer traductor en castellano de A Portrait, Dámaso Alonso.

No hay comentarios:

LAS CONFERENCIAS

LA SOMBRA

KEDEST

CONVIVENCIA

LOS GRILLOS

RELATOS DE VIVALDI